sábado, 14 de abril de 2007

Jornada etilicofolklorica, normalidad y Sin Perdón.

Es precioso reencontrarse con los amigos, sobre todo cuando es alguien con el que hace mucho tiempo que no compartes una buena charla y que además creía que estaba mosqueado conmigo.
Pero ayer tarde me llama por teléfono me pregunta que voy a hacer el fin de semana y me dice que ya que viene al pueblo podíamos salir a tomar algo. Coincidencias de la vida había decidido tomarme este fin de semana de barbecho y no subir a la urbe; así que hago de tripas corazón y pienso, si tiene algún problema conmigo ya saldrá entre una cerveza y otra. Y lo bonito es que descubro que nunca tuvo ningún problema conmigo es solo que ha tenido una época con mucho lío. Y que la única persona que no le simpatizaba del grupo es otra; sí sí en femenino y horrorizado me hallo ante el dantesco panorama de tener que oírle explicar, que la tía que no le agrada es una amiga.
El caso es que cuando él se entera de que me cae bien la señorita L hace un esfuerzo para no hablar mas de porque no le agrada y entra en el modo de darme consejos de índole amorosa; todos ellos muy manidos pero no por ello menos ciertos ...
Después de algunas cervezas mas, un número impar en concreto acabamos charlando de los problemas que os contaba en la entrada anterior del blog y cuales eran las posibles soluciones.
Lo cierto es que manejo varias, todas pasan por buscar un curro medio decente en la urbe y buscarme un alojamiento allí, las opciones a sopesar son varias una quedarme en la casa de mi amigote G, quedarme en casa de una pareja de amigos I e I; en ambos casos pagándoles un alquiler, no porque me lo exijan si no por decencia moral para con ellos. Y aquí es donde el suelta todo un discurso sobre las relaciones de igualdad y porque no lo sería vivir con cualquiera de ellos. que si como ellos son los dueños de la casa siempre estaré en desventaja, que si me quedo con la pareja se puede establecer una relación romántica muy rara... todo ello para concluir que según su criterio lo que debería hacer es alquilarme un piso a medias con el. Y en ese momento me quedé perplejo, el tío con toda normalidad tras pasar de mi culo varios meses me espeta que deberíamos vivir juntos. Y es que hubiera preferido que me dijera que estuvo quemado conmigo porque la situación puede ser muy rara; un piso con alguien que pasa de mi, se va a pegar infinidad de horas encerrado con su novia en el cuarto y además sabiendo que si por casualidad invito a casa a la muchacha de antes, en esa casa podrían darse encuentros con mucho odio en los pasillos. Sería cono un duelo en el OK corral o Sin Perdón, su novia a la que no le caigo demasiado bien, mi amiga que a el no le simpatiza y temo que es recíproco, el y yo; todo esto tomando café o de camino al baño, que mal rollo , guerras civiles han comenzado por menos de eso. así que empleo el recurso burdo de tirar el balón fuera y pido otra cerveza. Luego todo se normaliza charlando sobre friquismos varios y dándole vueltas a nuestro próximo guión de Capa y Puñal. Ya sabes alcohol, Sin Perdón y normalidad. En fin son cosas que pasan, ya sabes cosas.

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